Los 5 errores más comunes que cometen los padres con el tiempo de pantalla y cómo evitarlos

¿Crees que estás gestionando adecuadamente el tiempo de pantalla de tus hijos? A veces, aunque tengamos la mejor intención, es fácil caer en ciertas trampas que pueden impactar negativamente el desarrollo de los más pequeños.

Renato Guzmán G.

10/8/20244 min read

¿Crees que estás gestionando adecuadamente el tiempo de pantalla de tus hijos? A veces, aunque tengamos la mejor intención, es fácil caer en ciertas trampas que pueden impactar negativamente el desarrollo de los más pequeños. El uso excesivo o incorrecto de dispositivos electrónicos no solo puede afectar el bienestar físico y emocional de los niños, sino también influir en sus hábitos de sueño, comportamiento y desarrollo social.

En este artículo, exploraremos los cinco errores más comunes que cometen los padres al regular el tiempo de pantalla y cómo puedes evitarlos con estrategias simples, basadas en la investigación y el sentido común. No te preocupes, ¡aún estás a tiempo de corregir el rumbo!

Error 1: Usar las pantallas como recompensa o castigo

¿Por qué es un error?
Condicionar el acceso a las pantallas como una forma de premio o castigo puede establecer una relación poco saludable con la tecnología. Los niños, al recibir las pantallas como recompensa, pueden llegar a considerarlas como el objetivo final de sus esfuerzos. Esto no solo genera una dependencia emocional hacia los dispositivos, sino que también refuerza la idea de que las pantallas son el mayor privilegio al que pueden acceder, algo que las hace aún más deseables.

Solución:
En lugar de utilizar las pantallas como moneda de cambio, establece horarios fijos para el uso de la tecnología. Crea una rutina diaria equilibrada, en la que las pantallas formen parte de un conjunto de actividades y no un premio especial. Por ejemplo, tras los deberes o después de pasar tiempo en actividades físicas o creativas. Así, los niños entenderán que el uso de la tecnología es solo una parte de su día, no el centro de atención.

Error 2: No ser un buen modelo a seguir

¿Por qué es un error?
Los niños son espejos de nuestros comportamientos. Si pasas largas horas delante del móvil, la televisión o la tablet, es probable que tus hijos repitan ese mismo patrón. Es importante recordar que la imitación es una de las formas más poderosas de aprendizaje en la infancia. Si los niños ven que los padres son incapaces de desconectar de sus dispositivos, es poco probable que ellos aprendan a gestionar el tiempo de pantalla de manera saludable.

Solución:
Sé consciente de tu propio uso de pantallas. Establece límites para ti mismo y haz el esfuerzo de realizar otras actividades que no involucren dispositivos, como leer, jugar en familia o realizar deporte. Además, puedes introducir ciertos momentos del día como "zonas de desconexión", donde todos los miembros de la familia guarden sus dispositivos. Esto ayudará a fomentar una cultura de equilibrio digital en casa.

Error 3: Permitir el uso de pantallas durante las comidas y antes de dormir

¿Por qué es un error?
Las comidas y el tiempo antes de dormir son momentos claves para la salud y el bienestar de los niños. Comer frente a una pantalla no solo distrae de la comida, lo que puede llevar a malos hábitos alimenticios, sino que también afecta la interacción familiar. Además, el uso de pantallas antes de dormir puede interferir con la producción de melatonina, una hormona fundamental para el sueño, debido a la luz azul que emiten los dispositivos.

Solución:
Establece zonas y momentos libres de pantallas en casa, como la mesa del comedor y el dormitorio. Al hacerlo, no solo mejorarás la calidad de las comidas y las interacciones familiares, sino también la calidad del sueño de tus hijos. Si deseas incluir entretenimiento antes de dormir, opta por actividades tranquilas como la lectura de un libro o escuchar música suave.

Error 4: No establecer límites claros y consistentes

¿Por qué es un error?
Los niños prosperan cuando tienen límites claros y consistentes. Si las reglas cambian constantemente o no se aplican de manera uniforme, los niños pueden sentirse inseguros o confusos, lo que lleva a un uso incontrolado de las pantallas. La inconsistencia también puede generar conflictos dentro de la familia, ya que es más difícil que los niños respeten reglas que no entienden o que perciben como injustas.

Solución:
Involucra a tus hijos en la creación de las reglas sobre el uso de la tecnología. Esto no solo les da un sentido de participación y responsabilidad, sino que también hace que sea más probable que cumplan con las normas establecidas. Define de manera clara los tiempos de uso de pantallas y asegúrate de que se apliquen de manera consistente en toda la familia, incluidos los adultos.

Error 5: No enseñar a tus hijos a usar las pantallas de forma segura y responsable

¿Por qué es un error?
Aunque muchos padres se preocupan por la cantidad de tiempo que sus hijos pasan frente a las pantallas, no siempre prestan suficiente atención a cómo las usan. Las pantallas pueden ser una excelente herramienta educativa y de entretenimiento, pero también pueden exponer a los niños a contenidos inapropiados o peligrosos. Además, sin una guía adecuada, los niños pueden no aprender a proteger su privacidad y seguridad en línea.

Solución:
Supervisa a tus hijos cuando usan dispositivos electrónicos y enséñales sobre los peligros de Internet. Ayúdales a desarrollar un criterio adecuado para identificar contenido inapropiado y explícale la importancia de proteger su información personal. Además, existen herramientas de control parental que puedes utilizar para restringir el acceso a ciertas aplicaciones o páginas web, pero es igualmente importante que los niños aprendan a gestionar su uso de manera responsable y autónoma.

Adoptar hábitos saludables en torno al uso de pantallas es esencial para el desarrollo equilibrado de los niños en la era digital. Si como padres corregimos estos errores comunes y establecemos límites claros, consistentes y basados en el respeto mutuo, podemos ayudar a nuestros hijos a crecer con una relación sana con la tecnología, sin dejar que esta interfiera en su bienestar físico y emocional.